Se diseñó un emblema que hace referencia al vitral y que integra múltiples elementos simbólicos: el Nevado de Toluca, manos con pan (representando el trabajo artesanal), una taza de café con ornamentos inspirados en el tepalcate típico de San Lorenzo Tepaltitlán, nieve en el volcán como metáfora del betún en los pasteles, una flor de manitas como emblema matlazinca, y un grano de café. La composición transmite historia, comunidad y oficio.

El resultado fue una identidad visual cargada de simbolismo, que transmite el valor de lo artesanal con un fuerte arraigo local. Shole logró posicionarse como una panadería/cafetería con alma y narrativa propia, generando conexión emocional con sus clientes desde el primer contacto visual.